Hace apenas unos meses pensaba que esta ruta estaba fuera de mi alcance, supongo que completar con éxito un viaje al Inframundo me ha servido para coger confianza en mis piernas, algo muy necesario para afrontar una vuelta de más de 50 km con 15 kilómetros de sendero en descenso y sobre todo 2.400 metros de ascensión acumulada, sin olvidar que la subida al lago de Urdiceto es probablemente la que mayor dureza del Sobrarbe de entre las grandes ascensiones; estamos hablando de 11 kilómetros para salvar 1.200 metros de desnivel pero con algunos tramos llanos que rondaran en total el km, por tanto la subida media (cuando se sube) se aproxima mas al 12 % que al 11 %, con un par de tramos de 500 metros que están en torno al 15 %.
El día comenzaba perfecto, al reto nos apuntamos "el jubilao" y un servidor. El viene a recogerme con puntualidad espartana, por supuesto desconozco que muy pronto las cosas van a torcerse. En esta ocasión para prevenir desfallecimientos llevo la mochila a rebosar de comida y me he pegado un buen almuerzo, algo muy importante (y obvio) que he tardado en comprender en el pasado, puesto que para hacer las rutas a las que estoy habituado de 700 - 800 metros de desnivel es irrelevante.
Comenzamos a pedalear desde Parzán, no sin antes tomar un refrigerio...
Seguir Leyendo... los primeros 300 metros de ascensión los acometo con inusitada facilidad, no quiero cebarme y además "el jubilao" tiene dificultades para seguir mi rueda pese a que la mayor parte del tiempo estoy subiendo con el piñón 36; le indico que no tiene sentido el cambiar 1000 veces de piñón en una subida regular como esta, que ponga el más grande hasta que coja el ritmo y sufrirá menos. En estas comienzo a escuchar un suave "tin, tin, tin..." al que por desgracia no doy importancia, error mayúsculo que voy a pagar rápidamente, se ha soltado un radio y se va a acabar metiendo en medio del cambio; doy el alto a mi compañero de fatigas y nos ponemos a tratar de arreglar el entuerto; a los pocos minutos ya soy consciente de que la probabilidad de solucionar la avería es ínfima, solo me quedan dos opciones abandonar o suplicar.
Por poneros en antecedentes este 30 de Agosto es el primer día de fiesta del que dispongo desde el 1 de Abril en que abrimos el hotel, para conseguirlo he tenido que modificar los horarios de la mitad del personal del hotel así que estoy ante una oportunidad única de acometer este reto, de hecho me he planteado un par mas antes del nacimiento de mi pequeña Julia que tendrá lugar en Diciembre si todo va bien. En estas circunstancias una idea rueda por mi cabeza, si "el jubilao" no plantea la posibilidad de continuar le pediré la bici como última oportunidad de completar el reto, soy consciente de que es una actitud egoísta e incluso rastrera pero posteriormente trataré de compensarle en forma de cena para él y su pareja, todavía la tengo pendiente pero "tranquilo amigo que no te quedaras sin cenar."
Con nueva bici y ya en solitario sigo acometiendo la subida a Urdiceto tras esta primer media hora de ascensión en compañía, a los pocos metros ya soy consciente de que esta bici tiene pocas similitudes con la mía, es dos tallas mayor lo que me hace estirarme mucho hasta el manillar e ir algo incomodo, no lleva un piñón 36 aunque probablemente sea un 34 lo cual no supondrá un problema, el sillín parece una piedra y ya me empiezan a doler las posaderas y por último las ruedas que en absoluto están preparadas para el descenso, la de atrás está totalmente desgastada y la de delante no llega al aprobado, posteriormente descubriré una suspensión lamentable con una horquilla que apenar recorre 60 milímetros de los 140 de que dispone, me hago cruces de cómo puede bajar habitualmente con ese cacharro aunque lo cierto es que a él no le ha dejado tirado.
Continuo con la subida a Urdiceto y al paso por la presa comienzo a notar los primeros signos de fatiga (y de dolor de culo), en esa zona hay unas rampas duras que paso con solvencia y en dos horas me planto en Urdiceto, aunque evito subir al lago (50 metros de ascensión acumulada mas) porque no creo que haya cambiado mucho desde la última vez que estuve. El inicio del descenso hacia la Virgen Blanca es peor de lo esperado, algún tramo a pie y la bici que se comporta todavía peor de lo que pensaba, tengo miedo hasta de caerme pisando alguna piña, de todas formas esta primera parte de sendero no es de las mejores, con incluso un tramo en ascenso que debe hacerse a pie. Cuando el sendero mejora ya estoy practicamente en la pista que me llevará a mi destino, puede seguirse recorriendo el GR cruzando la pista aunque algún desvío me lo salto, desde luego con esta bici es difícil disfrutar del descenso por la falta de seguridad.
Tras llegar a la pista que sube a Viados hago en una fuente la primera parada del día (descontando los 45 minutos tratando de solucionar el "incidente" con mi bici.) Mi mujer me ha comprado una longaniza de la Puebla de Castro que está "cojonuda", físicamente estoy muy entero pero, como diría el gran Jorf, llevo el culo como un abrevadero de patos. Bajo toda la pista de Viados sin apoyar prácticamente mis partes en el sillín hasta llegar a la carretera que sube a Gistaín, he desechado la posibilidad de subir por el Collado de Pardinas a Cruz de Guardia porque no soy precisamente un amante de portear y por querer completar el reto a lo grande, con el mayor desnivel acumulado. La subida por carretera hacia Gistaín se hace sencilla, trato de ir ligero de piernas para no pagarlo al final; en Gistaín cometo el error de no aprovisionarme de agua, después andaré desesperado por encontrarla.
Conozco perfectamente la subida a Cruz de Guardia, el año pasado la hice en 3 o 4 ocasiones, un kilometro al inicio duro, dos más complicados y posteriormente una subida muy larga pero tendida que espero no me de muchas complicaciones. Tras pasar por el mirador de Puyadase, comer algo mas y hacer unas fotos, empiezo a notar los primeros síntomas de fatiga, pero lo peor aquí es el culo, lo debo llevar rojo como un pimiento, además a medida que me voy acercando a la mitad de la ascensión compruebo que voy a estar mas de 1 hora expuesto totalmente al sol, y es mediodía...
En la zona final (300 últimos metros de desnivel) voy algo justo de fuerzas, supongo que en parte por haber parado entre ambas subidas menos de media hora; en cualquier caso el problema es el culo, ya es imposible aguantar y pongo como puedo una camiseta bajo el sillín como solución de emergencia, algo que no soluciona el problema pero ayuda a paliarlo. En el Collado de Cruz de Guardia apenas paro a hacer unas fotos, necesito agua y no tengo ni una gota. Comienzo el descenso a paso de burra por llevar una BTT en absoluto preparada para Todo Terreno, solo sirve para subir. No llevo ni 100 metros de descenso y tengo el primer y único susto del día, a 1 km/hora y frenando no se que hago y me desequilibro, por supuesto hacia el lado malo, comienzo a gritar como una perra en celo "no, no, noooooo..." son por lo menos 3 o 4 segundos de tensión pero consigo saltar de la bici y no pegarme la castaña, la bici de mi amigo tampoco sufre demasiado, era una caída peligrosa al estar todo lleno de piedras. Sigo el descenso y veo un abrevadero al fondo, voy a comprobar el estado del agua, su color verde me convence de lo desaconsejable de beber ahí, me tiro entonces hacia el barranco que va a la izquierda del sendero, baja poca agua pero no aguanto más, parada para comer, beber y llenar el camelback. Aprovecho para beber un botecito de esos de pasta de frutas que creo que es como azúcar liquido, lo tomo ahora para acometer en condiciones los 11 kilómetros de descenso por sendero hacia Bielsa.
Conozco la bajada por este GR y sé que será larga, la primera parte tiene bastante pendiente y piedra pero cuando llego a la zona de bosque todo mejora; además estoy adaptándome a bajar con una bici de paseo y empiezo a darme cuenta de lo que puedo bajar y lo que no, a mitad de la bajada ya estoy disfrutando del descenso y entonces comienza a llegar la zona de barrancos, 6 o 8 barrancos que encontraremos cada 300 o 500 metros de descenso que se deben pasar andando y tras los que encontraremos unos metros de subida, aquí encuentro a faltar la tija de mi bici que permite subir y bajar el sillín sin desmontarte, con el castigo acumulado subir sendero con el sillín tan abajo es matador.
Tras llegar felizmente a Bielsa y bastante entero me plantéo dos posibilidades, bajar a Ainsa pedaleando o solicitar una recogida en el Mesón de Salinas, tras los primeros 500 metros ciclando la respuesta se presenta por sí sola, mi trasero parece a punto de reventar y no aguanto pedalear sentado, por tanto me planto en el Mesón de Salinas y me bebo una merecida jarra de cerveza con limón para acabar un gran día de BTT.
P.D. Hoy he descubierto que estoy rojo como un cangrejo, moraleja: "si en Agosto vas a pedalear no olvides llevarte la crema solar." Agujetas las justas, el trasero mejorando, la moral por las nubes y ya pensando en el próximo reto en BTT.
El día comenzaba perfecto, al reto nos apuntamos "el jubilao" y un servidor. El viene a recogerme con puntualidad espartana, por supuesto desconozco que muy pronto las cosas van a torcerse. En esta ocasión para prevenir desfallecimientos llevo la mochila a rebosar de comida y me he pegado un buen almuerzo, algo muy importante (y obvio) que he tardado en comprender en el pasado, puesto que para hacer las rutas a las que estoy habituado de 700 - 800 metros de desnivel es irrelevante.
Comenzamos a pedalear desde Parzán, no sin antes tomar un refrigerio...
Seguir Leyendo... los primeros 300 metros de ascensión los acometo con inusitada facilidad, no quiero cebarme y además "el jubilao" tiene dificultades para seguir mi rueda pese a que la mayor parte del tiempo estoy subiendo con el piñón 36; le indico que no tiene sentido el cambiar 1000 veces de piñón en una subida regular como esta, que ponga el más grande hasta que coja el ritmo y sufrirá menos. En estas comienzo a escuchar un suave "tin, tin, tin..." al que por desgracia no doy importancia, error mayúsculo que voy a pagar rápidamente, se ha soltado un radio y se va a acabar metiendo en medio del cambio; doy el alto a mi compañero de fatigas y nos ponemos a tratar de arreglar el entuerto; a los pocos minutos ya soy consciente de que la probabilidad de solucionar la avería es ínfima, solo me quedan dos opciones abandonar o suplicar.
Por poneros en antecedentes este 30 de Agosto es el primer día de fiesta del que dispongo desde el 1 de Abril en que abrimos el hotel, para conseguirlo he tenido que modificar los horarios de la mitad del personal del hotel así que estoy ante una oportunidad única de acometer este reto, de hecho me he planteado un par mas antes del nacimiento de mi pequeña Julia que tendrá lugar en Diciembre si todo va bien. En estas circunstancias una idea rueda por mi cabeza, si "el jubilao" no plantea la posibilidad de continuar le pediré la bici como última oportunidad de completar el reto, soy consciente de que es una actitud egoísta e incluso rastrera pero posteriormente trataré de compensarle en forma de cena para él y su pareja, todavía la tengo pendiente pero "tranquilo amigo que no te quedaras sin cenar."
Con nueva bici y ya en solitario sigo acometiendo la subida a Urdiceto tras esta primer media hora de ascensión en compañía, a los pocos metros ya soy consciente de que esta bici tiene pocas similitudes con la mía, es dos tallas mayor lo que me hace estirarme mucho hasta el manillar e ir algo incomodo, no lleva un piñón 36 aunque probablemente sea un 34 lo cual no supondrá un problema, el sillín parece una piedra y ya me empiezan a doler las posaderas y por último las ruedas que en absoluto están preparadas para el descenso, la de atrás está totalmente desgastada y la de delante no llega al aprobado, posteriormente descubriré una suspensión lamentable con una horquilla que apenar recorre 60 milímetros de los 140 de que dispone, me hago cruces de cómo puede bajar habitualmente con ese cacharro aunque lo cierto es que a él no le ha dejado tirado.
Continuo con la subida a Urdiceto y al paso por la presa comienzo a notar los primeros signos de fatiga (y de dolor de culo), en esa zona hay unas rampas duras que paso con solvencia y en dos horas me planto en Urdiceto, aunque evito subir al lago (50 metros de ascensión acumulada mas) porque no creo que haya cambiado mucho desde la última vez que estuve. El inicio del descenso hacia la Virgen Blanca es peor de lo esperado, algún tramo a pie y la bici que se comporta todavía peor de lo que pensaba, tengo miedo hasta de caerme pisando alguna piña, de todas formas esta primera parte de sendero no es de las mejores, con incluso un tramo en ascenso que debe hacerse a pie. Cuando el sendero mejora ya estoy practicamente en la pista que me llevará a mi destino, puede seguirse recorriendo el GR cruzando la pista aunque algún desvío me lo salto, desde luego con esta bici es difícil disfrutar del descenso por la falta de seguridad.
Tras llegar a la pista que sube a Viados hago en una fuente la primera parada del día (descontando los 45 minutos tratando de solucionar el "incidente" con mi bici.) Mi mujer me ha comprado una longaniza de la Puebla de Castro que está "cojonuda", físicamente estoy muy entero pero, como diría el gran Jorf, llevo el culo como un abrevadero de patos. Bajo toda la pista de Viados sin apoyar prácticamente mis partes en el sillín hasta llegar a la carretera que sube a Gistaín, he desechado la posibilidad de subir por el Collado de Pardinas a Cruz de Guardia porque no soy precisamente un amante de portear y por querer completar el reto a lo grande, con el mayor desnivel acumulado. La subida por carretera hacia Gistaín se hace sencilla, trato de ir ligero de piernas para no pagarlo al final; en Gistaín cometo el error de no aprovisionarme de agua, después andaré desesperado por encontrarla.
Conozco perfectamente la subida a Cruz de Guardia, el año pasado la hice en 3 o 4 ocasiones, un kilometro al inicio duro, dos más complicados y posteriormente una subida muy larga pero tendida que espero no me de muchas complicaciones. Tras pasar por el mirador de Puyadase, comer algo mas y hacer unas fotos, empiezo a notar los primeros síntomas de fatiga, pero lo peor aquí es el culo, lo debo llevar rojo como un pimiento, además a medida que me voy acercando a la mitad de la ascensión compruebo que voy a estar mas de 1 hora expuesto totalmente al sol, y es mediodía...
En la zona final (300 últimos metros de desnivel) voy algo justo de fuerzas, supongo que en parte por haber parado entre ambas subidas menos de media hora; en cualquier caso el problema es el culo, ya es imposible aguantar y pongo como puedo una camiseta bajo el sillín como solución de emergencia, algo que no soluciona el problema pero ayuda a paliarlo. En el Collado de Cruz de Guardia apenas paro a hacer unas fotos, necesito agua y no tengo ni una gota. Comienzo el descenso a paso de burra por llevar una BTT en absoluto preparada para Todo Terreno, solo sirve para subir. No llevo ni 100 metros de descenso y tengo el primer y único susto del día, a 1 km/hora y frenando no se que hago y me desequilibro, por supuesto hacia el lado malo, comienzo a gritar como una perra en celo "no, no, noooooo..." son por lo menos 3 o 4 segundos de tensión pero consigo saltar de la bici y no pegarme la castaña, la bici de mi amigo tampoco sufre demasiado, era una caída peligrosa al estar todo lleno de piedras. Sigo el descenso y veo un abrevadero al fondo, voy a comprobar el estado del agua, su color verde me convence de lo desaconsejable de beber ahí, me tiro entonces hacia el barranco que va a la izquierda del sendero, baja poca agua pero no aguanto más, parada para comer, beber y llenar el camelback. Aprovecho para beber un botecito de esos de pasta de frutas que creo que es como azúcar liquido, lo tomo ahora para acometer en condiciones los 11 kilómetros de descenso por sendero hacia Bielsa.
Conozco la bajada por este GR y sé que será larga, la primera parte tiene bastante pendiente y piedra pero cuando llego a la zona de bosque todo mejora; además estoy adaptándome a bajar con una bici de paseo y empiezo a darme cuenta de lo que puedo bajar y lo que no, a mitad de la bajada ya estoy disfrutando del descenso y entonces comienza a llegar la zona de barrancos, 6 o 8 barrancos que encontraremos cada 300 o 500 metros de descenso que se deben pasar andando y tras los que encontraremos unos metros de subida, aquí encuentro a faltar la tija de mi bici que permite subir y bajar el sillín sin desmontarte, con el castigo acumulado subir sendero con el sillín tan abajo es matador.
Tras llegar felizmente a Bielsa y bastante entero me plantéo dos posibilidades, bajar a Ainsa pedaleando o solicitar una recogida en el Mesón de Salinas, tras los primeros 500 metros ciclando la respuesta se presenta por sí sola, mi trasero parece a punto de reventar y no aguanto pedalear sentado, por tanto me planto en el Mesón de Salinas y me bebo una merecida jarra de cerveza con limón para acabar un gran día de BTT.
P.D. Hoy he descubierto que estoy rojo como un cangrejo, moraleja: "si en Agosto vas a pedalear no olvides llevarte la crema solar." Agujetas las justas, el trasero mejorando, la moral por las nubes y ya pensando en el próximo reto en BTT.
El proximo reto puede ser quizás la vuelta al posets?
ResponderEliminarPues yo habia pensado mas bien en hacer La Caparra con esa ultima subida por pista bastante jodida; otra posibilidad es hacer el Puerto de la Madera pero subiendo por el GR hasta Urdiceto para acortar kilometros, el problema es el excesivo porteo para alguien especialmente torpe en ese sentido.
ResponderEliminarEn cualquier caso estoy abierto a otras ideas...