miércoles, 3 de octubre de 2012

Ascensión a los 7 Tresmiles del altiplano de Monte Perdido



Cuando Jorge y un servidor planteamos recorrer el Altiplano de Monte Perdido subiendo a todos los tresmiles que rondaran por allí lo hicimos mas como un reto personal y una aventura que como una mera excursión por el monte, no conocíamos prácticamente nada del recorrido e íbamos un poco a ciegas aunque lógicamente habíamos leído mucho en foros y blogs donde siempre puede obtenerse información precisa y experiencias ante las dificultades de primera mano.

Los casi 2.000 metros de ascensión acumulada suponían un importante reto físico, sobre todo porque al final había que bajarlos casi todos de golpe desde Monte Perdido haciendo un par de destrepadas muy entretenidas pero que pueden ser comprometidas si uno anda justo de fuerzas, pero no adelantemos acontecimientos y comencemos el relato de los hechos.



Esta era nuestra segunda tentativa del Altiplano del Perdido, en la primera dormimos en el Collado superior de Goriz y rachas de viento de cerca de 100 kilómetros hora no nos permitieron ni dormir durante el vivac (por momentos pensábamos que la tienda volaba por los aires) ni iniciar la excursión al día siguiente, pues el día de viento y borrasca era infernal, solo pudimos recoger rápidamente y volver por donde habíamos venido. En esta ocasión decidimos (acertadamente) dormir en el refugio de Goriz, muy buen trato, sorprendente y destacable cena amenizada con la compañía de una pareja de alpinistas madrileños (Jorge y ¿Marta?), comida buena y muy completa, y un desayuno muy justillo compuesto de 2 bollos con mantequilla, dos madalenas y café con leche, se echaba en falta algún zumo y quizá algo de embutido; a la hora de dormir muy aconsejable tapones más que por los ronquidos de los restantes 30 montañeros que duermen en la misma habitación por un motor situado justo al lado de nuestra habitación que se encendió y apago de manera intermitente durante toda la noche, la verdad es que harían bien en buscar una solución al respecto; muy de agradecer que nos dejaran el desayuno preparado lo que sube a notable alto la nota global del refugio de Goriz donde además nos indicaron que no necesitaríamos crampones en nuestro recorrido.

Por cierto, tiene que ser toda una aventura destrepar las literas del 4º nivel para ir al baño a medianoche medio sobado, como mínimo debe ser grado II+ y con exposición (a las risas e improperios del resto de los durmientes.)


Tocaba madrugar, diana a las 5:15 para salir de Goriz a las 6:00, sin muchas referencias nos equivocamos al coger el GR y perdimos unos 10 minutos, después buena marcha hasta el Collado superior de Goriz y un espectacular amanecer cerca de Punta Las Olas, nuestro primer objetivo, que alcanzamos mucho antes de lo esperado, a las 8:08, bonitas vistas en un día perfecto, sin viento y con algunas nubes altas que no amenazaban lluvia y que siempre enriquecen los reportajes fotográficos, el primer tresmil en el saco, muy fácil, no recuerdo siquiera si hubo que poner las manos.

Tras un breve descenso ya estamos en el Altiplano del Perdido para ir a buscar el segundo objetivo del día el Baudrimont SE, alguna trepada fácil nos sitúa en una muy corta y amplia cresta desde donde tenemos espectaculares vistas del Valle de Pineta y de la zona de la Munia donde estuve a principios de Septiembre, son las 8:38 y van 2 tresmiles.


Breve descenso y es el momento de buscar la cima del Sum de Ramond, también conocido como Pico de Añisclo, duro ascenso por pedrera para llegar a una cresta amplia y sencilla salvando en total unos 250 metros de desnivel, bonitas vistas del Cañón de Añisclo aunque algo más lejanas que desde punta las Olas, son las 9:30 y llevamos un ritmo bastante bueno, bajamos y hacia el siguiente Baudrimont. El camino desde el Sum de Ramond al siguiente tresmil del día no es tan obvio ni tan sencillo como los enlaces anteriores, varias destrepadas por roca descompuesta y piedra suelta donde debemos poner toda nuestra atención.

La ascensión al Baudrimont NW es una de las más interesantes del día, se sube por la cresta con continuas trepadillas de grado I y II que sin presentar demasiada dificultad son verdaderamente divertidas y pueden suponer alguna dificultad a gente con vértigo, sobre todo al bajar, Jorge parece que va pasenado por su salón pues es un alpinista consagrado tras recorrer esta primavera la Cresta del Eiger, yo realizo algunos pasos con precaución pero no llego a sufrir en ningún momento, divertida ascensión al 4º tresmil del día, son las 10:30 y la fatiga todavía no ha hecho acto de presencia. Por cierto a los pies de este Baudrimont se puede coger agua del nevero que sube al Collado del Perdido, es el mejor punto de la ruta para aprovisionarse del líquido elemento.


Tras el descenso del Baudrimont buscando bien los agarres y utilizando más de una vez el popular y muy socorrido paso alpinista conocido como "culo a tierra" (casi imprescindible para bajar el Paso del Gato de la Munia) nos dirigimos hacia la mejor sorpresa de la jornada, la Espalda de Esparrets, no sin antes echar un vistazo a la subida por el Cuello del Perdido que promete ser trabajosa y donde se adivina un gran nevero que no sabemos si tendremos que pisar (nuestra impiedad hizo que no rezaramos por ello.) Para subir a la Espalda de Esparrets tenemos dos pedreras muy verticales para elegir (y con escasa piedra) como durante toda la excursión tomamos la decisión correcta (excepto en nuestro torpe inicio a la salida de Goriz), la derecha para subir y la otra para bajar, ya se empiezan a notar las piernas pesadas pero la recompensa es inenarrable, la cima del Esparrets en con diferencia el mejor pico de toda la ruta, llegamos a las 17:35 y pasamos casi media hora en la cumbre, estamos encima del (probablemente muerto) glaciar de Monte Perdido donde puede apreciarse un espectacular agujero en su centro, el calentamiento global ha tenido mucho que ver pues hace un lustro no existía. Vistas preciosas también de Marbore,d el Balcón de Pineta y del propio Valle del mismo nombre y por supuesto de los dos Astazus, a los que tengo especial cariño pues fueron mis primeros tresmiles.

Bajamos por la corta pedrera (casi sin piedras) de la Espalda de Esparrets y volvemos sobre nuestros pasos hasta el inicio de la subida a Monte Perdido que nos llevara al Collado del mismo nombre, esos 200 metros hasta el Cuello son con mucha diferencia los más duros y trabajosos de esta intensa jornada de alpinismo, no está muy clara la mejor vía y hay que ir con cuidado en muchos puntos de no despeñarse 2 o 3 metros y caer encima del nevero que cubre tres cuartas partes de este tramo, probablemente si hubiéramos llevado crampones hubiéramos optado por ponérnoslos y la subida hubiera sido mas cómoda. Desde abajo no apreciamos espacio para pasar sin tocar el nevero, una vez arriba encontramos un estrecho corredor de menos de 1 metro en la parte derecha sin nada de nieve, probablemente otros años con mas nevadas este paso no esté libre de nevero y los crampones dada la pendiente de subida sean absolutamente imprescindibles. A las 12:30 estamos en el Collado y tras una breve trepada nos subimos al lomo de Monte Perdido y enfilamos plácidamente hasta su cima, no sin antes echar un vistazo a la afilada cresta del Sum de Ramond que fue una de las opciones que Jorge planteaba para llegar a este collado y que parece verdaderamente difícil para mí, con pasos técnicos y expuestos.


A la cima del Perdido llegamos a las 13:00 y ya justos de fuerzas, Jorge algo mas ya que ha tenido que llevar una cuerda que muy pronto debería hacernos falta para los destrepes hacia Punta Escaleras, en algún momento ha hablado de compartir el traslado de la misma pero entre que yo me he hecho el despistado y el que no ha insistido demasiado la cuerda de marras ha ido pasando las ascensiones en su mochila, supongo que para la siguiente aventura ya no me librare sobre todo teniendo en cuenta el uso que le dimos, pero vamos, sin saber mucho de alpinismo diría que el mayor peso debe llevarlo siempre el montañero mas experto, así que para hacer la semana que viene la cresta del Pico de la Pez al Bachimala (o al Lendomeur) todavia habrá que negociar quien lleva la cuerda.


Bonita sorpresa en la cima del Perdido pues nos encontramos con nuestros compañeros en la cena en Goriz, parada más larga para comer que nos dejará sin posibilidad de degustar unos Huevos fritos con Jamón en el refugio pues solo los hacen hasta las 15:00, Jorge y Marta deciden bajar con nosotros por Punta Escaleras tras media hora reponiendo fuerzas en la cima y haciendo las fotos de rigor, menos gente de lo habitual en el Perdido quizá por la hora algo tardía.


Comienza para mí lo que casi con seguridad será más duro del día, mis rodillas sufren en los descensos aunque en esta ocasión el dolor no será excesivo; rápidamente llegamos a la primera de las dos destrepadas clave hacia punta escaleras, como en cierto modo ya intuía, tras un rápido vistazo le digo a Jorge que yo no necesito para nada la cuerda para bajar por ahí, el comienza a darse cuenta que ha llevado durante 10 horas 3 kilos de más en la mochila para nada, el destrepe no tiene excesiva complicación si estas un poco acostumbrado y de hacerlo en sentido contrario sería una trepada de grado III según Jorge el madrileño y de II según el Ainsetano, con quien por cierto no he visto un grado III en mi corta vida de alpinista, ni siquiera acepta que sea un II+ para mi desilusión.

La segunda escalera es parecida, limitada dificultad y también grado II, la cuerda está de mas aunque en mojado la historia seria bien distinta, desde ahí hasta la cima de Punta Escaleras un paseo culminando nuestro 7º tresmil a las 14:15 horas, estamos a 3027 metros y nos quedan 800 de descenso hasta Goriz sin mucha historia, seguir lo hitos, tratar de no confundirse para no complicarse la vida y algunas destrepadas sencillas de grado I o I+ donde simplemente hay que tener cuidado. A lamentar el tropezón de Marta en un tramo de pedrera que le hizo revolcarse por los suelos sin excesivo daño pero que con seguridad tendría su reflejo en algún morado al día siguiente.


Las 15:40 es nuestra hora de llegada a Goriz, hace ya demasiado que esperábamos tomarnos esas cervezas de las que venimos hablando durante la última hora con Jorge, con limón, sola, estrella o ámbar e incluso nos planteamos la posibilidad de si tendrían jarras heladas (supongo que nos afecto el mal de altura...) llego a Goriz con una sonrisa en la boca tras salir indemne de este pequeño reto personal tras algo menos de 10 horas de actividad muy intensas y con pocas paradas, por unas decenas de metros no alcanzamos los 2000 de ascensión acumulada siendo conscientes que no es lo mismo subirlos paseando por sendero que por pedreras y crestas, yo ya comenzaba a elucubrar el siguiente reto que finalmente tendrá lugar pasado mañana con mi tentativa de subir al Perdiguero e intentar recorrer la cresta de Lliterola, aunque estoy convencido de que mi falta de costumbre con la nieve me lo impedirá, aunque por ganas no será.

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